26 October, 2009

de ocho a diez

Es importante que Sonic recoja las anillas que encuentra por el camino, así cuando un bicho malo le ataca, no pierde su energia total. El erizo con cara de malo, ese que tantas horas de entretenimiento proporcionó dando saltos. Me encantan las mañanas en su franja horaria de ocho a diez; es el momento que huele a café, a tostadas y en la radio se repasa la prensa diaria. Siempre me ha hecho mucha gracia que en la radio se citen los titulares más importantes y que la prensa no recoja nunca las palabras de la radio, quizás es porque lo escrito siempre da más notoriedad y seriedad. En esas dos horas todo es posible: enamorarse de camino al trabajo mientras escuchas música o sentirte miserable por no haber puesto toda la carne en el asador la noche anterior. También puede ser que veas a Cuní o a otros muchos tertulianos pensando por qué tienes tú que merecer esas mañanas de tortura mediática. También puede ser que el aire fresco te provoque buen humor o que el golpe de calor del metro te maree y que nadie venga a socorrerte. Son esas dos horas en que todo puede ser increíble o estar lleno de inmundicia, esto último sobretodo lo piensas cuando el auricular ha reventado y han quedado solamente los cables pelados en tu mano. Recógeme de ocho a diez y veremos a ver si puedo mirarte de frente o si la manta se ha convertido en un monstruo capaz de hacerme desdichada el resto de la jornada.



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